lunes

Fahrenheit 451, Ray Bradbury.

Granger miró la hoguera.
-Fénix.
-¿Qué?
-Hubo un pajarraco llamado Fénix, mucho antes de Cristo.
Cada pocos siglos encendía una hoguera y se quemaba en ella. Debía de ser primo hermano del Hombre. Pero, cada vez que se quemaba, resurgía de sus cenizas, conseguía renacer. Y parece que nosotros hacemos lo mismo, una y otra vez, pero tenemos algo que el Fénix no tenía. Sabemos la maldita estupidez que acabamos de cometer. Conocemos todas las tonterías que hemos cometido durante un millar de años, y en tanto que recordemos esto y lo conservemos donde podamos verlo, algún día dejaremos de levantar esas malditas piras funerarias y a arrojarnos sobre ellas. Cada generación, habrá más gente que recuerde.
Granger sacó la sartén del fuego, dejó que el tocino se enfriara, y se lo comieron lenta, pensativamente.



La novela distópica Fahrenheit 451, publicada en 1953 por Ray Bradbury es un grito a la libertad, el individualismo y la desglobalización. Llevada al cine por François Truffaut en 1966, nos dejó la imagen impactante de los bomberos viajando rápidamente en su flamante vehículo rojo.
Un dato curioso: en las dedicatorias del libro hay una cita aclaradora:

Si os dan papel pautado,
escribid por el otro lado.
Juan Ramón Jiménez.